martes, 12 de marzo de 2024

Una nueva vida bajo el agua


Ante todo declaro
(traicionando la premisa)
no quiero hacer una sentencia
con todo esto:
el día sin colores
la lluvia sobre el monte
el mate nunca en su punto justo
los cigarrillos ácidos
el trabajo insuficiente
los libros, de pronto, inútiles
la alegría ajena casi como una urticaria
Pero hay que recordar
los muertos que cargamos
la brutalidad y la decadencia
de los linajes
y la disciplina mal aplicada
una y otra vez
Nada se transforma
No hay ganancia alguna
En todo caso, solo hay
una continua marea
Y el barco de la historia…
ya se sabe, parece tener poco espacio
¿Cuál era la tarea, entonces
de la poesía?
¿Colaborar con el mantenimiento a flote
de nuestras precarias balsas
o con su abandono, dejar
de seguir la estela
y apostar todo a una readaptación océanica?